miércoles, 25 de enero de 2012

El invierno en los majanos y bardales de Ciudad Real


         
         Parece que este invierno no va a ser nada lluvioso, de momento y con algún empujoncillo, apenas llevamos una tercera parte de lo que sería habitual en esta época y el aspecto del campo es mucho más triste de lo habitual, aunque el Guadiana y otros arroyos siguen viviendo de las rentas de los dos últimos buenos años. Aun así me sigo dando mis paseos en busca de lo que me salga al encuentro, que no es poco.




         El Campo de Calatrava, comarca centro-occidental de Ciudad Real, posee una peculiar mezcla de litologías que le confiere una identidad propia. Es el borde occidental de la planicie carbonatada manchega, sobre la que emerge un oleaje de serretas cuarcíticas, estando todo salpicado de variadas manifestaciones volcánicas. De no estar estas tierras tan transformadas por la mano del hombre durante varios milenios, a lo que ha contribuido la riqueza edáfica propiciada por los volcanes, su riqueza vegetal sería inmensa, pues se aunarían tres tipos de vegetación, la basófila, la silícea y la volcánica.



Estos paseos invernales los he dado por dos tipos diferentes de áreas cercanas al curso del Guadiana medio, en las cercanías de Ciudad Real; una zona caliza que coincide con el final exacto de la planicie calcárea manchega, que aquí donde los ríos comienzan a serlo de verdad, profundizan su cauce, dejando colgada la repisa de dura costra caliza superior que remata una empinada cuesta con restos de vegetación natural. Abajo, en cuanto declina la pendiente comienzan los cultivos.
El otro tipo de área es un majano (tierra entre cultivos), formado por una largo y sinuoso borde de una colada volcánica que separa dos campos de cereal, uno superior y otro inferior que enlaza con la llanura de inundación del Guadiana.


Borde de la colada volcánica con un alomado volcán y el Guadiana de fondo


En estos paseos una de las cosas que más busco son las orquídeas. Parece que no es para nada su momento, pero es de los mejores del año pues los pastizales se encuentran deshojados o muy mermados y es el momento en que son más visibles las futuras orquídeas, pues mas tarde con la primavera serán ocultadas por la masa vegetal de mayor crecimiento.
         Las orquídeas suelen tener sus hojas basales, principalmente el gran género Ophrys, el de las abejeras o flores que simulan abejorros e incluso huelen a abejorros hembra. Estas plantas son geófitos, es decir, plantas que tienen órganos de reserva bajo el suelo, de los que se nutren para brotar con fuerza cuando las condiciones son benignas, pero aun así, empiezan a desarrollar las hojas con el otoño y aguantan todo el invierno con sus resistentes hojas basales. Diferenciar unas especies de otras solo por las hojas basales es de nota, pero se puede conseguir a poco que se practique.


Mesa caliza con el telón de fondo de las serretas cuarcíticas


         Hasta el año pasado no conseguí ver a la mayor orquídea española Barlia robertiana, en invierno, distinguible a distancia por sus grandes hojas de un verde rezogante que destacaban en medio de los colores pardo-cenizos del pastizal invernal, justo una semana mas tarde localicé varios ejemplares exactamente iguales en Ciudad Real, donde no está citada, donde además Valentín, Iván y Ramón ávidos investigadores de las orquídeas ciudarrealeñas, llevan años buscándola. Acudí pronto a comentarles mi hallazgo, pero cuando se las mostré, Valentín dijo que eran Himantoglossum hircinum, la otra gran orquídea ibérica y tenía toda la razón como pudimos comprobar meses mas tarde, aun así, también es una rareza, por ejemplo en Madrid solo conocemos una única localidad.



Aunque muchos botánicos no reconocen una vegetación volcánica, la realidad es que su presencia determina un fuerte cambio fisionómico al paisaje vegetal, quizá dominado por especies basófilas pero muy poco corrientes o abundantes en exceso respecto a las localidades calizas vecinas.
         La época del año en que nos encontramos y la escasez de precipitaciones hacen que este año sea particularmente pobre, aun así la constancia y potencia de las situaciones anticiclónicas con heladas mucho mas suaves de lo que nos tienen acostumbrados los anticiclones invernales, deja un estado ambiental particularmente estático, impasible, velado. Las tardes quedan abiertas a un paseo tranquilo con una luz tenue, casi todavía otoñal.




         La vegetación de estas escasas franjas de terreno ajenas al arado es llamativa por su escasez, aparecen especies muy calizas que apenas se dejan ver en otros pastizales vecinos. Destacan las leguminosas y labiadas sobre las gramíneas Veo varios rabos de gatos (Sideritis sp.) de gran tamaño que identificaré en primavera, las plantas del lino tienen partes rebrotando, hay euforbias de gran tamaño que no veo en la Mancha y menos aun hacia el oeste silíceo. Veo Hippocrepis, Hedysarum y  varios Astragalus vivaces, alguno tan interesante como para volver en primavera.
         Varias laderas están sometidas a procesos de gravedad que hacen fluir los materiales más arcillosos ladera abajo, creando calveros y tramos agrietados entre la vegetación. Estas calvas, también llamadas por aquí blanquizales, son los que poseen la vegetación más original de estos terrenos, sin interferencias antrópicas.


El borde de la mesa caliza y la cuesta hacia el Guadiana


Las laderas mas pedregosas tienen tomillares mayormente formados por zamarrillas (Teucrium sp.) y jarillas (Helianthemum sp.) con tomillos. En terrenos más estables y profundos las gramíneas se hacen más preponderantes y también entran especies como artemisas (A. herva alva y A. campestris), linos, Serratulas  en sus bordes aparecen las primeras orquídeas, en medio de suelos muy minerales, desprotegidas, son Ophrys de las dos clases que viven aquí, la O. lutea, muy buscada un par de años atrás por su rareza en Ciudad Real pero de la que ya hemos encontrado varias buenas poblaciones y la O. sphegodes.
         Entre tanta hierba en hibernación destacan poderosamente un par de flores de ojo de buey (Pallenis spinosa), muy pasadas de fecha o confundidas con los extraños calores de finales del otoño, tras las escasas lluvias de noviembre.


Flor de estrella espinosa u ojo de buey confundida por un otoño-invierno anormalmente cálido


         Este año compruebo en varios lugares la agresividad del arado que araña los bardales e inclinadas laderas en un intento de ganarle superficie a los sembrados, parece que se continúan dando ayudas agrícolas a la superficie, pues otra explicación no tiene pues la producción en estos bordes es absolutamente ridícula y sin embargo el daño que se le hace a la biodiversidad es grande.


Los tractoristas hacen lo imposible por ganar unos metros a las laderas calizas


         En otros bardales volcánicos veo que apenas existen unas jarillas, tomillos y esparragueras entre tanta gramínea, mucho mas abundantes que en la anterior zona caliza. Lo que más destaca ahora y mucho más dentro de pocos días, son las grandes hojas y flores del lirio de invierno, (Iris planifolia) del que llego a descubrir, protegidos por retamas, varios ejemplares floridos.


La primera flor del año, el volcánico lirio de invierno, este año desafiando a las heladas de enero


La única vegetación de gran tamaño de este lugar son unas escasas grandes retamas y varios almendros o arzollos como les llaman por aquí, estando a un par de km el mayor almendral salvaje del centro peninsular, el poco conocido y menos valorado Arzollar de Alarcos, junto a las ruinas de la ciudad del mismo nombre que también es el de la mayor derrota cristiana de la reconquista, deliberadamente olvidada por la vieja historiografía hispánica.


Arzollar de Alarcos, el mejor almendral espontáneo del centro peninsular (Feb-2011)


Para dar la nota trágica, al atravesar un sembrado me dirigí a una mancha llamativamente blanca en medio del oscuro terreno volcánico, al acercarme vi que era el plumón blanco con algunas plumas color castaño de una avutarda cazada ilegalmente. Es una pena, pese a encontrarnos enfrente del llamado cerro de las Avutardas por aquí es muy difícil observarlas.



     ....una avutarda menos
  
 Noticia trágica:

En una de las mejores fincas públicas de la provincia, la Encomienda de Mudela, han aparecido seis águilas imperiales envenenadas, todo un récord, indignante cuando cundía cierto optimismo sobre el futuro de esta emblemática especie. Ya en otra entrada, la de la laguna del Acebuche, avisaba que había visto una urraca muerta y otra agonizante, probablemente por uso de venenos. Parece una práctica arraigada en la provincia, aún recuerdo que hace pocos años lo avisaban con carteles de :
                 >         " Peligro Cebos Envenenados "         <

miércoles, 4 de enero de 2012

Joyas botánicas acorraladas en Coslada

         Este es un trabajo que no debéis perderos,  en el blog "Mis encuentros con lo autentico"  http://lospaseosdeeritaco.blogspot.com/p/enclaves-naturales-de-coslada.html , se trata de una entrada sobre la flora de Coslada, una población del extrarradio del este madrileño aparentemente despojado de naturaleza salvaje. Desde luego las apariencias engañan, y en este caso totalmente. Hago esta minientrada, para que podáis todos enlazar a esa macroentrada (en una pestaña especifica del blog) dada su importancia, por lo que ruego toda la difusión posible. Puesta al día en otra nueva entrada mas breve pero muy dura.
             http:/ http://lospaseosdeeritaco.blogspot.com/ 2012/01/malas-noticias-para-la-biodiversidad.html


El grupo farmacéutico Cofares en su publicidad hace de la biodiversidad bandera, pero luego....

         Lo principal del asunto es una de las floras mas olvidadas por blogueros e investigadores. Se trata de los pastizales. Ni de alta montaña, ni de riberas, se trata de los majadales, los llanos sin cultivar, los eriales viejos. Hace años eran corrientes y abundantes, pero desde hace unas pocas décadas con la agricultura intensiva, los pesticidas y la explosión urbanística, se ha ido relegando toda una gran comunidad vegetal al olvido y a la desaparición.
         Pero este trabajo no tiene valor solamente por estudiar al detalle una vegetación en apariencia, degradada, sino por descubrirnos sus riquezas, en este caso enormes. El estudio de una serie de "eriales" en el entorno urbano dio con el descubrimiento de varias plantas que no estaban en la Lista Roja de las especies madrileñas, porque no se sabia ni de su existencia.
        Perfectas desconocidas para la mayoría de los botánicos, Cynara tournefortii, Malvella sherardiana y otras rarezas como Teucrium spinosum, Geropogon hybridus o Klasea flavescens pueden llegar a desaparecer para siempre, de persistir los empeños de quienes nos administran (CAM y Ayto. Coslada). Se trata de la ampliación de un gran centro de transportes (terrenos adquiridos por la farmacéutica COFARES que terminaría por eliminar los escasos pastizales de estos llanos de Coslada.

Cynara tournefortii en su única localidad del centro peninsular

         Esta localidad ya era conocida de un grupo de amigos que intentamos conocer a fondo la flora del sureste de Madrid, pero ante la gravedad de la situación y la falta de miramientos de quienes nos gobiernan respecto al medio natural, nos ha hecho emprender esta campaña para que todo el mundo sepa lo que esta pasando con unas de las ultimas joyas botánicas de Madrid.


Gracias a todos y en especial a "Eritaco" (autor de las fotos), por su trabajo y su lucha.


Última hora:     
    Comentario del científico Juan Manuel Martínez Labarga, verdadero descubridor y valedor de este enclave:   
“Además de estas especies, en esta enclave hay otras sumamente interesantes, como Teucrium spinosum, Convolvulus humilis, Serratula flavescens, Linaria caesia, Crucianella patula, Scolymus maculatus, Ziziphora hispanica, Centaurium pulchellum….. En total unas 200 especies, para un pequeño rincón menor de 10 hasAlgunas tienen aquí su única localidad conocida en todo el territorio de la Comunidad de Madrid. Sin duda un testigo de lo que eran los pastizales y barbechos, en el área periurbana de Madrid, sobre arcillas grises y marrones. Este lugar, situado en el contacto entre las arcosas que vienen del Guadarrama y los materiales sedimentarios calizo-gipsófilos de la Cuenca del Tajo, sería la representación actual más próxima al Cerro Negro, localidad clásica madrileña hoy desaparecida por la voracidad de la urbe. En definitiva, un lugar idóneo para una microrreserva de flora.”
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