domingo, 14 de abril de 2013

Las Riadas del 2013



Al borde del famoso puente de Alarcos el Guadiana y su llanura de inundación ofrecen este espectáculo

            El agua corre a raudales, corre como hace mucho tiempo. No hay un invierno y comienzo de primavera tan lluvioso desde hace más de cincuenta años.

Todas las vaguadas han recogido aguas desde sus cotas más altas, esto es casi un collado

            Hace un par de años tuvo el privilegio de asistir al último gran episodio de lluvias, duró cinco meses en que cayeron poco más de 500 litros, (la media anual en la meseta sur está en torno a los 400). Estaba convencido de que tenía muchas probabilidades de que no lo volviese a ver, aquellas imágenes de los ríos, arroyos y lagunas en todo su esplendor y poderío, las vivía con la intensidad de lo que no se ha de volver a vivir.

Durante marzo esto ha sido la más parecido a un cielo despejado

            Aquel fue un invierno de órdago, comenzó con un golpe tremendo de lluvias del que no hizo falta esperar para ver cargarse los ríos, ese mismo día el agua se llevaba media E.D.A.R. por debajo de la presa de la Vega del Jabalón. A partir de ahí fue un invierno de salir a ver como iban los ríos, si un día casi tapaba los puentes a los diez días los saltaba.

Desembalse en la Vega del Jabalón, las aguas rojas atestiguan la violencia de las lluvias

            De esos dos años 2010 y 2011, las primaveras fueron espléndidas, pero a partir de mayo de 2011 se cerró el grifo, los 14 meses siguientes, solamente cayeron 249 litros, lo que unido a unas temperaturas muy por encima de lo normal, (quizás haya que considerarlo normal a partir de ahora), llevaron a que los pantanos que se encontraban en una situación espléndida, pasaran a niveles, si no de peligro, al menos de bastante precaución.

Llanura de inundación haciendo honor a su nombre

            Esa fuerte bajada de niveles de unos pantanos llenos, debe llamarnos mucho la atención, pues hace bastantes años que no tenemos una sequía. Hemos tenido algún año seco, como el terrible 2005 con solo 168 litros, pero no hemos tenido ninguna verdadera sequía desde mediados de los 90’, es más desde el año 2001 han sido muchos más los años por encima de la lluvia media y más frecuentes los episodios de meses que se salen de madre con sus lluvias.

El antiguo puente de Corral superado ampliamente por el Guadiana a pesar de su gran longitud

            Este año empezó muy bien, aunque el año hidrológico comienza en octubre, ya septiembre, como conté en otra entrada, casi "se lleva las puentes" con 87 litros, noviembre fue excepcional y marzo ha sido efeméride (record climático) con 152 litros.
            Marzo ha sido un mes fuera de lo normal, no ha sido el frío y ventoso sino el lluvioso que va a sacar a abril, florido y hermoso. Han llovido 22 días, con un potente, y también peligroso, grupo de doce días desde el 25 hasta el 5 de abril que ha hecho que casi todos los grandes ríos peninsulares se desbordasen o estuvieran a punto de hacerlo.

El Guadina grandioso al pie de la fortaleza de Alarcos

            Aunque haya deslucido la Semana Santa o haya frustrado muchas salidas al campo, todo el agua caída queda ahí para su posterior disfrute, la primavera que se avecina ya da unas bocanadas desbordantes, los acuíferos se están recuperando de unos alarmantes niveles que no hemos sabido, ni querido, mantener en niveles saludables. Cada día aparecen o crecen los nuevos "ojos del Guadiana". (A parte de...)

Deslizamiento en una ladera montando sobre los sembrados y transportando los juncales sin romperlos

            Las llanuras de inundación están mostrando sus escrituras a   propietarios y gestores. Las vegas del Guadiana, Jabalón, Azuer, Cigüela, Riansares, Córcoles, Záncara y otros muchos ríos “zombies” manchegos, están inundando viñas, cereal e incluso, desgraciadamente, viviendas. 

Un clásico ya en varios desbordamientos del Guadiana al poco de recibir al Jabalón

      El Dominio Público Hidráulico, en perpétuo estado de “demarcación en curso”, ha quedado marcado con toda claridad, solo con clavar unas estaquillas en los límites alcanzados por las aguas, o más fácil aún, una cartografía aérea de esos días, ahorraría millones a quien sea el encargado de realizar ese trabajo.

Un Guadiana llenos de meandros, atajos y lagunazos tras recibir al Jabalón

            El agua ha removido hasta los cimientos de la tierra, en las cercanías de los Ojos del Guadiana y antiguas lagunas, la tierra se está abriendo, para espanto de agricultores y disfrute de geólogos, dejando unos boquetes que muestran el agua a unos cuatro metros dentro de la boca del socavón. En otros sitios el terreno está cediendo, bien en cuestas de terrenos arcillosos que sin una decente cobertura vegetal, fluyen ladera abajo al cargarse de agua, o bien en taludes de carreteras, como lo profético del deslizamiento en el acceso de la autovía al agónico Aeropuerto de Ciudad Real que ha impedido su acceso por este punto.

El acceso al aeropuerto de Ciudad Real desde la autovía, impedido por un deslizamiento del talud

            Pero estamos en un juego de intereses que no deja sitio a supuestos terrenos baldíos, sin importancia económica, asunto que habría que estudiar en su compleja realidad. Frente a estos terrenos, cada cierto tiempo arruinados por el agua o por la sequía, hay que ver los otros que aún permanecen relativamente salvajes, como el Guadiana por tramos hasta Puebla de Don Rodrigo, o algunas de sus llanuras de inundación, aunque ahora se han asalvajado casi todas las vegas, mostrando una exhuberancia que nadie hubiese imaginado. Un Parque Nacional del Guadiana, daría a todos estos nuevos meandros y lagunazos carta de naturaleza permanente.


Un enorme nuevo brazo del Guadiana recorre zigzaguente una vega regada por pivots

           Cuando llegan las riadas parece como si las aves también cayeran del cielo, no sé de donde pueden haber salido tantas gaviotas, garcillas, garcetas, patos, cigueñas, etc. Esto lo he visto siempre tras unos buenos golpes de lluvias


            Las aguas cumplen con sus ciclos, los ríos han estado a punto de superar unos límites catastróficos, y si no estuviesen regulados, el desastre hubiera sido irremediable, pero tengo que volver a advertir el peligro de la sequía. No hemos tenido ninguna sequía “normal” desde los años noventa.


Hasta los narcisos de bordes de arroyos (Narcissus jonquilla) se han visto afectados por las aguas altas

       Desde esos años del pelotazo urbanístico, de las infraestructuras absurdas y del consumo de agua galopante (principalmente por el cambio de edificación en unifamiliares), etcétera, puede haber aumentado su consumo al menos un 50%, si a esto le unimos entre un 10 y un 20% más por el incuestionable aumento de las temperaturas medias, tenemos un cóctel que no sé si vamos a ser capaces de afrontar cuando se presente.


2 comentarios:

  1. Muy interesante tu blog. Ya tienes un seguidor más. Un saludo.

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  2. Un placer leerte! El Bullaque en Semana Santa llevaba más agua que nunca, el embalse de la Torre de Abraham era un mar inmenso que la presa a duras penas contenía.

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